La volumetría no repite la propia de la hilera adyacente. Conforma en sí misma un borde que valora dos situaciones arquitectónicas distintas: la medianera y el hastial. La sección transversal soluciona de este modo dos crujías. Mientras que la interior toma aire y luz de la cubierta y establece una continuidad con la morfología colindante, la exterior, plantea una envolvente permeable cerámica. El volumen capaz (silueta de un caserío) se repliega para favorecer la radiación solar y ventilación natural cruzada de la crujía interior. La definición constructiva enfatiza la situación inversa que se produce entre la transmisión de cargas gravitatorias y el transporte de calor.